EL RINCÓN DE LOS TRES
lunes, 1 de junio de 2015
La mano de Dios desde un bar en Fiorito
Los potreritos
tienen un algo especial para atraer a los pibes que ni el más pensado de los juguetes
todavía pudo descifrar.
Y ahí, cerca del chaperío, donde los veranos son mas calurosos y los inviernos son mucho
más fríos, cualquier pedacito de tierra sirve para escapar de algunas crueles
realidades.
Detrás de ese tornado de polvo que levantan los chicos por correr detrás de una pelota,
hay historias increíbles. Esta es la de uno muy especial, uno que cada vez que la pelota
llega a sus pies todo puede pasar porque la imaginación se hace presente hasta burlar las
leyes de la física, porque no se trata de lógica sino de esa magia que tiene la voz de
Gardel, esta vez depositada en un par de botines y al servicio de la redonda esa que le
juró fidelidad desde que empezó a caminar.
La tarde llegó lenta al bar de aquella esquina. De a poquito se fueron poblando todas las
mesas. No era un día común, la selección argentina jugaba contra los ingleses.
El gallego se subió a un cajón de soda y prendió el televisor, los parroquianos
comenzaron a girar las sillas, las cartas de truco se tomaron un descanso y los vasos se
llenaron de moscato.
Los equipos estaban en la cancha, en ese momento todas las historias fueron la misma por
90 minutos, el doctor, el lustrabotas, el ladrón, el policía, la peluquera, el cura, el
presidente, el pobre ,el rico, todos frente a la pantalla para ver a la celeste y blanca.
En el bar no se escuchaba ni una respiración, hasta que el uno a cero reventó en la
garganta de los presentes. El gallego, pasando el trapo rejilla por el mostrador para
limpiar un vermouth que se derramó con el festejo, dijo en voz baja: -Pero mira que
guarro, ese gol fue hecho con la mano, hombre!
-Callate gallego ¿ que decís?!. Gritó a coro la clientela.
-Callate gallego ¿ que decís?!. Gritó a coro la clientela.
La calle guardaba un silencio que permitía escuchar los pasitos apurados de un perro
vagabundo en busca de su cena.
Y de pronto, el instante increíble, el 10 toma el esférico en el círculo central, comienza una danza que va dejando a los marcadores en otra dimensión, un hilo invisible entre la pelota y los pies, una jugada que deja con la boca abierta a los espectadores, como en un sueño lento el cielo azteca no puede creer lo que esta viendo, el arquero está en el piso y la redonda cruza la línea de gol.
Y de pronto, el instante increíble, el 10 toma el esférico en el círculo central, comienza una danza que va dejando a los marcadores en otra dimensión, un hilo invisible entre la pelota y los pies, una jugada que deja con la boca abierta a los espectadores, como en un sueño lento el cielo azteca no puede creer lo que esta viendo, el arquero está en el piso y la redonda cruza la línea de gol.
Ni supieron como gritarlo en el bar, había ojos con lagrimas, nudos en la garganta, manos
que buscaban apoyo para evitar esa sensación de mareo.
Es que muchos de los que estaban ahí conocían al pibe de la 10, lo habían visto en el
potrero haciendo la misma jugada, lo escucharon decir que quería ser campeón del mundo y
ahora lo estaban viendo por la tele.
El gallego fue el primero en gritar: -Qué gol ha hecho el Diego,
joder!. Y revoleó el
trapo casi hasta el techo. Los que estaban sentados bajaron lo que tenían en el vaso de
un solo trago y los que estaban de pie se sentaron para ver si aflojaba el temblor.
El silencio se transformó en murmullo, se escuchaban cosas como :-¿Lo viste? -No lo
puedo creer, pellizcame hermano, no se puede creer.
El gallego seguía su monólogo: -Un gol del
carajo, hombre, que ya decía yo que este
chaval iba a llegar lejos...
Cuando el juez marcó el final, uno se acercó a la barra y le dijo con tonito irónico: -
qué lástima que no le cobraron el primero, ¿ no ?.
-¿Cómo que no lo han cobrado, si ha terminado 2 a 1?
-Lo que pasa es que el segundo valió doble gallego. Le dijo el hombre mientras sonreía emocionado.
-¿Cómo que no lo han cobrado, si ha terminado 2 a 1?
-Lo que pasa es que el segundo valió doble gallego. Le dijo el hombre mientras sonreía emocionado.
Esa tarde, un pedacito del potrero de Fiorito estaba a miles de kilómetros y una
de las obras maestras del fútbol había sido firmada por ese pibe que no se va a
cansar nunca de arrancarnos lagrimas de alegría, ese que juega distinto, que
está enamorado de la pelota y la pelota de él, ese que tiene en los pies la
magia que tiene la voz de Carlos Gardel.
Editorial
En el blog aparecera videos, noticicas y nuevos poemas, historietas, adivinanzas, cuentos muy buenos todos los viernes subiremos videos, tambièn nuestros visitantes nos podran enviar cuentos, poemas etc. y los màs buenos los colocaremos.
miércoles, 27 de mayo de 2015
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